La salud emocional también es salud, homínido.

La venganza no lleva a ningún sitio bueno. Quedarte emociones que no son tuyas tampoco. No busques venganza por lo que te han hecho, nadie te hace nada, la gente hace cosas y cómo las percibas es cosa tuya, no de ellos. Si algo te ha dolido, te duele por cómo lo ves. Pero no te quedes emociones que no son tuyas y te hacen daño, deja que se vayan, al César lo que es del César. Entrega esas emociones a su origen ¡suéltalas! no te las quedes, hacen daño.

Con este texto inauguro la sección de «escritos» de mi blog. Estoy cambiando, todos cambiamos constantemente, lo que no cambia, lo que no se mueve, está muerto… y  yo no lo estoy (todavía). En «escritos» voy a dar cabida a otro de mis intereses: escribir. Hace años que escribo casi a diario, una persona a la que tengo mucho que agradecer me enseñó que escribir es una terapia emocional ACOJONANTE. La mayoría de lo que escribo es personal y privado, pero hay cosas que quiero soltar… será un poco de todo.

A lo que iba, homínido, escribía sobre entregar emociones a su origen, sobre no quedarnos lo que no es nuestro.

Si un gran amigo dejó de serlo en un momento concreto ¿fue por responsabilidad suya o tuya? ¿dejó de llamarte el o dejaste de llamarle tu? ¿esperabas una llamada? igual el también esperaba una ¿hay culpables? no, sólo hay pasado. Pero te has quedado la emoción y te está haciendo daño, deja que se vaya. Dale las gracias por lo aprendido y al César lo que es del César.

Si esperabas agradecimiento de una persona y ese agradecimiento no ha llegado, igual esperabas demasiado. O igual esa persona esperaba lo mismo. Pero si esa espera vacía te ha hecho daño ¿es culpa de la otra persona? no, es responsabilidad tuya, que esperabas algo que no tenías que haber esperado. No esperes nada de nadie, homínido, agradece lo que venga y aprende. ¿Te has quedado la emoción? deja que se vaya, dale las gracias por todo lo que fue y al César lo que es del César.

Si alguien te ha hecho daño no ha sido esa persona, ha sido tu imagen interna de esa persona lo que te duele. Te duele lo que piensas de los hechos, no los hechos. Si una persona te hizo creer que era amiga tuya en un mal momento, si te dijo que le llevaras a ver las estrellas, y luego te diste cuenta de que sólo quería follar la decepción es tuya. La otra persona sólo miraba por su interés, aunque fuera la novia de un amigo… ¿dolió? no te lo quedes, escríbelo, por ejemplo, y así lo sueltas. Dale las gracias por permitirte demostrarte a ti mismo cuán íntegro eres por no haber caído, y al César lo que es del César.

Que todo lo externo te importe una mierda, homínido. No hay nada más importante, nada, que tu integridad. Sólo lo que te dices por dentro a ti mismo importa. Si internamente, en soledad, cuando meditas o reflexionas, te dices que el camino que andas es el que quieres andar. Si te sientes íntegro, si te sientes honesto, SI TE SIENTES BIEN contigo mismo, todo lo demás no importa una mierda homínido.

Intenta no hacer daño a los demás, pero sobre todo INTENTA NO HACERTE DAÑO A TI MISMO. Generalmente una cosa va seguida de la otra, pero no siempre.

Honestidad, nobleza, coherencia. Contigo mismo. No hay nada más importante, homínido.

Si se ríen cuando dices que haces ayuno, si la envidia es el deporte nacional de tu País, no contribuyas. Por ti que no quede.

Si te dicen que eres un extremista ¡perfecto! gracias, lo soy. Cuando creo en una cosa creo al 100% en ella (hasta que dejo de creer) ¿tu no? qué pena. Soy honesto conmigo mismo y me creo cuando me digo las cosas ¿tu no? ¿crees a medias en lo que crees?

La salud emocional también es salud ¿no?

Al César lo que es del César, también el agradecimiento. Agradece a la vida lo que te ha dado y lo que te da. Lo que te ha permitido aprender. La vida es un juego que no dura mucho, homínido, juega con ella y agradece lo bueno y lo menos bueno, por que todas las jugadas, las que han dolido y las que te han proporcionado gozo, todas, te han hecho lo que eres.

Agradece homínido. Al César lo que es del César.